viernes, 9 de noviembre de 2012

JOSE VASCONCELOS



En 1922 José Vasconcelos

Cuando se abordan las ideas pedagógicas
de Gabriela Mistral es posible distinguir sus
planteamientos propios y personales, los
que surgieron de su fondo más íntimo, de los que
nacieron a propósito del acontecer de su entorno.
Entre estos últimos cabe destacar el grupo de las
ideas pedagógicas relacionadas con movimientos,
corrientes, insignes pedagogos y sobre todo ese
subconjunto de las reformas educacionales a las
cuales somos tan propensos en nuestra América
Latina ya que en la práctica chilena casi no hemos
tenido gobierno nuevo que no haga de una
reforma educacional una de sus líneas centrales
de acción.
Septiembre 2002 11
La pregunta que nos hemos hecho, en trabajos
anteriores, sobre la relación entre Gabriela Mistral
y la Escuela Nueva, es sólo un aspecto de esa realidad
contextual. Respecto de esa corriente pedagógica
hemos tenido dificultades para determinar las
coordenadas de su propia posición, dado lo heterogéneo
de las tendencias que la integran en el tiempo
y en el espacio. Pero hay otros referentes más específicos
de innovaciones que fueron o que quisieron
ser, más cercanos a Gabriela y por ende más
identificables.
Nuestro punto principal de referencia será la
singular personalidad de José Vasconcelos (1882-
1959), secretario de educación en México, político,
filósofo, primer rector de la Universidad de México
y las diferentes iniciativas educacionales y pedagógicas,
siempre innovadoras, de las que fue origen
próximo. Aunque en el caso de Vasconcelos sea
posible hablar de reforma sólo analógicamente, la
inserción de Gabriela en ese movimiento mexicano,
es algo indiscutible y bien documentado. Será por
lo tanto el núcleo de estas reflexiones, sin dejar de
abordar otros temas conexos. Nuestra hipótesis
central es que Gabriela Mistral se hizo parte de ese
movimiento vasconceliano y que en lo más hondo
de su ser, sintió que había en él algo que la gratificaba
y le permitía ser ella misma. De este modo, a
partir de su viaje a México, su vivencia pedagógica
se aleja cada vez más de la escolaridad chilena
(casi siempre mencionada peyorativamente) y se
abre a otros horizontes en los que el autodidactismo
tendrá cada vez mayor vigencia.
Finalmente en esta introducción, es preciso
agradecer a la UCV el financiamiento necesario para
viajar a la ciudad de México y trabajar en el Archivo
Histórico de la Secretaría de Educación Pública.
Ese viaje permitió, al autor de estas líneas, tener
una percepción directa y vivencial de lo que Gabriela
Mistral sintió y vivió en contacto con el pueblo
de México y su naturaleza privilegiada. Aún hoy,
casi setenta años después, la realidad social es casi
la misma y los problemas que en lo educacional
enfrenta el país también son, en cierto modo, los
mismos. Ver lo mismo que ella vio en la ciudad de
México y sentir algo semejante a lo que ella sintió,
ha sido, sin duda, un privilegio, que permite escribir
sobre este tema con mayor fundamento.
Gabriela Mistral
y los movimientos
de reforma chilenos
entre 1900 y 1925
En el año 1901 Petronila Alcayaga Rojas y sus hijas
Emelina Molina (hija de un primer matrimonio) y
Lucila, se trasladan a La Serena. Es en ese lugar
donde Emelina completa los estudios de su hermana,
la que termina su adolescencia sin escolaridad
formal completa. En 1904, la joven Lucila se
inicia como escuelera1 en la localidad de Compañía
Baja, al norte de La Serena (hoy, en la práctica, un
barrio de la ciudad). Se inicia así un periodo de
acercamiento y servicio al sistema escolar que sólo
concluirá en 1922 con su viaje a México.
En el año 1910, recibe el título de maestra
primaria (sin haber pasado por aula universitaria
alguna) e inicia su recorrido por los Liceos de Traiguén,
Antofagasta, Los Andes, Punta Arenas, Temuco
y Santiago. Desde ese lejano 1910, Gabriela
será una profesora (y también directora) de liceos.
El Chile republicano de 1910 lleva las huellas
de un siglo XIX en el que ha habido importantes
reformas. Según Campos Harriet, estas son: “la
Foto: Jorge Ramos
12 Reencuentro
reforma de 1843; la reforma del 67; la ley orgánica
del 79, son las columnas de la organización de la
enseñanza secundaria. Y ahora se levantará, en
1893, una cuarta, el método concéntrico”.2
Por lo tanto, el sello pedagógico del comienzo
de siglo es el influjo alemán expresado en la vigencia
del pensamiento de Fröebel, Herbart, Pestalozzi
(básica) y del Sistema Concéntrico (secundaria),
que se impone por el Decreto de Enero de 1889.
Ahora bien, no obstante que Gabriela tendrá
palabras amables para Fröebel (no parece mencionar
a Herbart), manifestará su antagonismo con
el estilo de dirección y el clima pedagógico que llega
desde Alemania, más que con el método concéntrico
mismo.
De tal modo que el sistema educacional en el
que se iniciará Gabriela y en el que hará sus primeras
armas como maestra, será un sistema con clara
impronta germana, hecho de rigor, disciplina, poca
imaginación y escaso lugar para las artes y las
letras. A pesar de esto, el juicio general de Gonzalo
Vial (1981), es positivo:
Los normalistas teutones levantaron enormemente
nuestra enseñanza elemental, hasta ese momento
mediocre, improvisada y caótica —si bien abnegada—
y cuya nota progresista la daban aficionados
entusiastas como Nuñez y Matte. Los alemanes
introdujeron disciplina severa, pero digna; crearon
o enfatizaron cursos de dibujo, canto, trabajos manuales,
gimnasia (lecciones de cosas), conocimiento
de la naturaleza y, sobre todo, dieron al
trabajo docente un fundamento científico: el método
pedagógico de Johan Friederich Herbart.3
En los años en que Gabriela Mistral viaja a
México todavía el molde germano será omnipresente
(y para ella, opresor). El contraste con lo que
encontrará en Vasconcelos no podrá ser mayor.4
Llega el año 1912 y el Congreso Nacional de
Educación Secundaria y sus ideas, estarán presentes
en la obra de Gabriela, tanto por su simpatía con
las ideas de Francisco Antonio Encina, partidario de
una educación más cercana a lo productivo, cuanto
por su amistad con don Enrique Molina, su contradictor,
ardiente defensor de una educación humanista.
No obstante esos planteamientos sólo tendrán
concreción más tarde, en 1927, durante la presidencia
de Ibáñez, quien creará una Superintendencia
de Educación con tutela sobre un amplio espectro
de posibilidades de educación, incluida la técnica.
El Centenario de la vida republicana chilena
(1910), será la ocasión de acalorados debates y evaluaciones
de la realidad educacional chilena. En ese
momento, el diagnóstico era sombrío: nuestra educación,
según Vial,5 se caracterizaba por el sectarismo
cuya polémica había envenenado los ánimos, por la
desnacionalización y el extranjerismo, la irrealidad y
la desvinculación de la educación respecto del Chile
real, el ausentismo escolar y el vacío moral creado
por la ausencia de la cosmovisión cristiana y su
reemplazo por un humanismo laico, científico, neutro
y frío. Fue el ámbito en el que la joven maestra se
iniciaba y desde el cual emigraría hacia México.
Durante esos años de su inicio como profesora,
el Magisterio está activo. Los maestros se reúnen
en importantes congresos en 1902, Congreso General
de Enseñanza Pública (que hace un balance
del liceo a la luz de la reforma de 1893) y el Congreso
Nacional de Educación Secundaria en 1912, bajo
el patrocinio de la Universidad de Chile y la Sociedad
Nacional de profesores.
Con su enorme capacidad de contacto con lo
que acontecía (y también en varios casos de anticipación),
en este periodo, aunque Gabriela estará
al tanto de lo que sucede en el campo educacional
y manifestará admiración por el fervor de sus colegas
bolcheviques6 (cuyas ideas no compartía),
no parece que haya terciado en debate público
alguno, o que haya participado activamente en la
elaboración de propuestas. Ella sale del anonimato
(en lo profesional, porque en cuanto poetisa ya se
ha destacado con el Premio de los Juegos Florales
de Santiago en 1914), por obra de la invitación
que se le hace durante la presidencia de don Pedro
Aguirre Cerda, de ocuparse del Liceo de Punta
Arenas (1918-1920). Y, si bien, desde ese momento
ella misma procurará introducir cambios en
la orientación y gestión de los liceos en que trabaja,
no parece que ninguno de ellos haya alcanzado
la dimensión de una verdadera reforma. Ya en ese
momento, su métier de coté, la poesía y el periodismo,
serán su modo de realización, abriéndola
al mundo.
No obstante, hay varias excepciones a esta
aparente marginalidad: el caso de la reforma de
los programas de estudio para la enseñanza seSeptiembre
2002 13
cundaria femenina, la condición laboral de la
profesora, la bandera de lucha de la Federación de
Estudiantes y los Derechos del Niño, entre otros.
En cuanto a la situación de la Enseñanza femenina,
sus opiniones y la historia de su difusión, está
bien documentada en carta a Ida Corbat (Michoacán,
México, mayo, 1923).7 En ella felicita a Ida
Corbat por la lucha que está dando por la reforma
de los planes de estudio de la enseñanza femenina,
las mismas que ella ha pedido durante años, dejando
en claro: el absurdo que significaba la enseñanza
secundaria femenina como se mantiene
hasta hoy. Esta certeza se ha reafirmado en su
contacto con la realidad mexicana. En la ciudad de
México hay un Liceo Secundario (mixto) y varias y
bien dotadas escuelas industriales para mujeres.
Comparar esta asistencia (cerca de seis mil alumnas)
con la de nuestras pobres escuelas proteccionales
[sic], deprimidas por nuestro aristocratismo,
es cosa que da pena.
En esta extensa e informativa carta, hay numerosos
juicios sobre la realidad de esta enseñanza y
sobre las causas de su depresión.
Tres son las cosas que en mi humilde opinión concretan
la inferioridad de la educación que damos
en nuestros liceos de niñas: la falta de preparación
manual, la falta de ramos exclusivamente destinados
a la mujer (puericultura sobre todo), y la dotación
insuficiente de material de enseñanza para
los ramos científicos.
Estas reformas van de la mano con la mejoría
de los sueldos de los maestros. La percepción de
Gabriela es clara: hay demasiadas injusticias. Entre
otras: la diferencia de sueldos entre hombres y
mujeres en la enseñanza.
Pero las preocupaciones de nuestra maestra
apuntan también a asuntos de fondo, especialmente
los valóricos. En la carta a Eduardo Barrios (Los
Andes 1917) le dice:
Miro con desesperación el ateísmo que se enseñorea
de la educación masculina fiscal. No he de
ayudar a los conservadores a corear en contra de
la enseñanza oficial; pero sé que hay algo de justicia
en sus iras; cuando se hace dudar a un niño, no se
sabe qué delito se comete. Matarlo, mutilarlo, sería
mejor. Mutilación es. Estoy absolutamente convencida
de que el hombre areligioso es un hombre
incompleto y que el vino del alma es una fe ardiente.8
El otro tema en que Gabriela tercia y en el que
se hace portavoz es el de la Federación de Estudiantes
de Chile (FECH). Esta federación que agrupaba a
estudiantes universitarios había sido fundada en el
año 1906. Su primer secretario fue Guillermo Labarca,
futuro marido de Amanda, ambos estudiantes
del pedagógico. En los años siguientes su línea
política se radicaliza con simpatías por reformas
sociales revolucionarias. En Junio de 1922, una
grave crisis estudiantil paraliza a la Universidad de
Chile. Por aquellos días, la FECH emprendía una
campaña de reforma universitaria que habría de traer
entre otras cosas, la autonomía necesaria para el
correcto funcionamiento de la instrucción y educación
en sus diferentes modalidades.9
Las simpatías de Gabriela están con los estudiantes.
Nada menos que el Diario Ilustrado, el bastión
conservador de la política chilena, publica su opinión:
Pienso como la Federación de Estudiantes. Les
encuentro toda la razón. Es indispensable que los
alumnos tengan alguna intervención en los rumbos
de la enseñanza...Y, más adelante, reconoce
igual pretensión a los obreros: Es también justo
dar prudente participación en la instrucción primaria
a los obreros que, aunque no pueden aportar hoy
una poderosa cultura, por lo menos han palpado
en carnes vivas todos los errores y torpezas de los
actuales rumbos. Una reforma es, pues, justa.10
Pues bien, en el viaje de Gabriela a México
ella lleva un encargo: trasmitir personalmente el
saludo de la FECH a su homónima mexicana. Y con
este motivo cuando llega pronuncia un discurso en
la Universidad de México ante el rector y numerosos
estudiantes. Se trata de un texto de unas seis
densas carillas en que destaca su visión positiva
de esta juventud y establece algunos parámetros
sobre las relaciones entre los intelectuales y el
pueblo, así como entre los aspectos prácticos y los
teóricos de la formación universitaria. (SEP 1922,
tomo 1, número 2, pp. 179-183).
Su mirada es muy idealista:
¿Es un mal que los jóvenes se hagan dirigentes
obreros? Yo no sólo acepto esa colaboración, sino
14 Reencuentro
que la alabo cálidamente. Todo lo que arranque al
estudiante del ambiente libresco, todo lo que lo lleve
a mezclarse en la vida, a sentir su aliento quemante,
me parece inmenso bien. Su discurso se extiende
sobre las realizaciones de estos estudiantes en el
plano social y asistencial.
Es también un llamado fervoroso a darse:
Yo os invito a ir hacia el pueblo, sin orgullo intelectual,
a dirigir las lecturas en las bibliotecas populares,
a abrir los dispensarios...
Y, este bello pensamiento:
Yo os invito a ser maestros. Todo hombre debería
serlo, y no sólo el grupo de los diplomáticos del
Instituto. El mejor maestro será siempre el alma
encendida por dos cosas: la juventud y el ensueño
redentor.11
Los antecedentes
del viaje a México
Al momento de gestarse la invitación para participar
en la cruzada educacional de José Vasconcelos,
Gabriela es todavía una figura que en plano nacional,
se ha dado a conocer más bien por la polémica en
torno a sus méritos para ocupar cargos directivos
escolares, que por realizaciones pedagógicas o literarias.
12 Su primer libro Desolación, aún está por
aparecer en Nueva York (1922). No obstante su incansable
pluma ya le ha forjado una plataforma que llega
hasta lejanos ámbitos del continente (en particular a
Argentina) y a la lejanía de Nueva York y México.
No sabemos a ciencia cierta cuál fue el contacto
que la ligó a Vasconcelos. Pero, consta que
cuando el prominente político mexicano hace su
viaje a América Latina en agosto de 1922 (Brasil,
Argentina y Chile) ya tiene in mente la invitación
para nuestra compatriota.13 Ha sido seguramente
la lectura de sus poemas y de sus textos pedagógicos
los que lo impulsan.14 En todo caso, tenemos
una carta de Gabriela Mistral dirigida a José
Vasconcelos con fecha de agosto de 1921, en la
que se reconoce haber una carta anterior de Gabriela
que no conocemos.15
Vasconcelos es uno de los hombres más singulares
que haya producido esta América hispana
y mestiza. Pocos como él juntaron la capacidad de
sueño y utopía, con la profundidad filosófica y el
cerrado compromiso político. Con las mismas palabras
de Gabriela, en Primeras luchas de Vasconcelos
(julio, 1936), recordamos que nació en
Oaxaca, tierra también de Benito Juárez y de Porfirio
Díaz. De modo que: añadir al triángulo oaxaqueño
un breve complemento y se tiene la historia
moderna de México.16
¿Qué imagen tiene a mano Gabriela para llegar
al mexicano? Pues, nada menos que uno de sus
modelos de hombre pedagogo y político: Domingo
Faustino Sarmiento. El argentino personifica lo
siguiente:
autodidactismo, fuerza fogosa de creación y capacidad
de ordenación en frío; odio de la barbarie y
combate cerrado con ella, y, ganado el combate, la
despedida de la violencia y una cordialidad ciudadana
para edificar lo nuevo con todas las voluntades...17
Con percepción femenina, Gabriela advierte además
la debilidad del hombre: Vasconcelos está solo,
El caso de Vasconcelos es éste: un hombre grande,
enorme, y que está solo. Los intelectuales mexicanos
no son de su tipo; son del de casi todas partes:
hombres de cultura y refinamiento, sin ideales
sociales efectivos.18
Fotografía: Jorge Ramos, México Antuguo
Septiembre 2002 15
Humilde cuna, provinciana —como la de Gabriela—
pronto alienta un propósito: el de ensamblar
los pueblos que forman la nación mexicana. Al
comienzo escoge la profesión de abogado y recibe
el título, que no le servirá de gran cosa, pues él
desdeña esta profesión pudridora de conciencias
buenas y malas.19
Viene el periodo de Madero y Vasconcelos
—que ha estado varias veces en la cárcel por motivos
políticos— se une a él. Dos vínculos lo soldaron
con Madero: el que ambos miraban la política
con facciones morales y el que ambos eran semi
budistas (159). En efecto, Vasconcelos había dejado
su catolicismo activo y andaba en la aventura
teosófica que también fue la de Gabriela. Llega el
año 1920 y con él la hora de este hombre. Asume
la presidencia Adolfo de la Huerta y nombra a Vasconcelos
rector de la Universidad Nacional en junio
de 1920. Luego al asumir Álvaro Obregón, se encarga
de fundar la Secretaría de Educación y desde
allí inicia un periodo de innovaciones pedagógicas
nunca visto en la América morena.
Mejor que ninguno el calificativo de cruzada
calzará plenamente con el talante y realizaciones
del ministro de educación. En este momento de
intensa actividad pedagógica que poco o nada tiene
que ver con los movimientos que encabezan Dewey
en Estados Unidos y otros en el continente europeo
llega nuestra compatriota. México vive un momento
de verdadera euforia, al punto que Sánchez Latorre,
el intelectual peruano, dice: Entre 1921 y 1925, México
será el emporio pedagógico de América.20
Gabriela se contagia de ese entusiasmo y no
sólo al momento de su llegada, sino hasta muy
adentro en el camino de su vida, seguirá escribiendo
sobre el modo como el pueblo y la naturaleza de
México la acogieron y sobre cómo tal vez por primera
vez en su vida se sintió plena, viva y muy ella misma.
Pero el éxito del viaje a México no sólo estará
afianzado por el llamado de Vasconcelos. Ella
misma lo necesitará, ya que está a punto de caer
en una profunda depresión debida tanto a su
confusa vida sentimental como sobre todo a las
luchas que está dando dentro del gremio y del
contexto pedagógico. Al respecto, no deja de impresionar
el cúmulo de expresiones duras y descalificativas
que encontramos en su pluma en esos
años en contra de la pedagogía y en contra de
quienes hacen alarde de pedagogos.21 En ese ambiente
enrarecido, la posibilidad de salir por primera
vez de Chile y desempeñar una tarea diferente, en
todo caso menos desgastadora que el trabajo en
el aula, le atrae mucho. Su entusiasmo es grande
y si no fuera por su anciana madre, que de ella depende,
su propósito al partir podría ser el de un
alejamiento definitivo.
Vivencias de Gabriela
Mistral en México durante
su estancia (1922-1924)22
Tratándose de una escritora tan prolífica no hay
mejor modo de conocer el impacto que produjo su
llegada y su estancia en México —la primera— que
revisar su escritos, considerando sus conferencias,
apuntes, recados y cartas dentro del periodo.
Impresiona la variedad de intereses que queda
manifiesto en este elenco. Desde descripciones de la
naturaleza, la gente, las costumbres, hasta aspectos
relativos a la situación política, no sólo de México
sino de Chile y de otros lugares. En todos ellos,
siguiendo el método que Gabriela perfeccionará cada
vez más, de ese mundo exterior, ella se proyecta o
proyecta su mundo interior. Hay una permanente
resonancia íntima, una constante referencia al yo
más profundo, a sus hondas certezas.23 En este
sentido su obra siempre es una acción religiosa.
¿Cómo construir una síntesis de esos días,
meses y años de su viaje? Recurriremos en primer
término a sus testimonios, los del momento en México,
y aquellos que a lo largo de la vida fueron plasmándose
en sus cartas y recados. Parte importante
de estas fuentes las debemos a los estudiosos chilenos
que han hecho el trabajo de recopilación y en
particular a Luis Vargas Saavedra a quien debemos
parte importante del salvamento de inéditos que
estaban en poder de Palma Guillén.24 Ella, designada
por Vasconcelos como acompañante y secretaria
de Gabriela desde los primeros días (a quien llamaba
cariñosamente Palmita) guardó un conjunto de escritos
que luego hizo llegar a Luis Vargas Saavedra
quien tuvo la feliz iniciativa de solicitárselos.
Su partida de Chile
y su estancia en México
En estos años, uno de sus interlocutores epistolares
más asiduos será Eduardo Barrios.25 Gabriela se
16 Reencuentro
dirigirá a él como hermanito, con gran confianza y
cercanía encomendándole asuntos personales
delicados, como su relación con el Gobierno de
Chile y sus publicaciones. Nos referiremos a dos
cartas importantes, la del 31 de diciembre de 1922
y la del 11 de septiembre de 1923.
La primera carta a Barrios (31 diciembre de
1922) se refiere a varios temas. Uno de ellos es el
escándalo producido por las palabras de Vasconcelos
en su pasada por Santiago: Nos tocó a nosotros
injuriar a este hombre bueno. Gabriela siente
vergüenza. Luego está la pugna personal con
Amanda Labarca. Duele a Gabriela que Arturo Alessandri
dijera veladamente a Vasconcelos que ella:
no era la representante efectiva i [sic] alta de la enseñanza
femenina en Chile que los de fuera creían,
que él le presentaría a la efectiva, que era la señora
Labarca. Barrios es un buen escucha y Gabriela
abre su corazón sobre muchos temas conexos: su
distancia de gremio magisterial: Estoi [sic] asqueada
de mi gremio en Chile, pero no se trata sólo de los
chilenos: No creo en la gran farsa pedagógica de
todas partes, el mercantilismo disfrazado de ciencia
i de retórica embustera; su situación económica
permanentemente difícil, no he podido ahorrar un
solo peso en mi vida de maestra. Ella anhela jubilarse
en Chile para poder dedicarse a leer y escribir.
En el momento no está tan mal, en Chile le mantienen
el sueldo de Directora, pero no de profesora.
Y finalmente sus comentarios sobre la obra literaria
de Barrios, que Gabriela aprecia sobremanera.
Junto a esto, en esta carta hay referencias a su
trabajo en México, que como todos serán muy positivos.
Habiendo llegado a México para dar a conocer
la literatura chilena, a poco andar Vasconcelos le
pide que prepare un libro de lectura para mujeres y la
enrola en su cruzada de enseñanza rural e indígena.
Por el mismo sueldo, tendré la organización de las
escuelas indígenas en el estado de Oaxaca. Presidí
el Congreso de maestros misioneros (maestros
de indios) y me cogió el corazón la obra, todo
el corazón. Me resucitó el espíritu apostólico; me
mudó el alma vulgar que me iba encenegando.
Caso me ofreció en una fiesta que enseñara
en la Universidad: Ni allí, ni en la enseñanza secundaria:
con ninguna dirección de pedagogos. No
creo en la gran farsa pedagógica de todas partes,
el mercantilismo disfrazado de ciencia i retórica
embustera.
La segunda carta fechada en México, 11 de
septiembre de 1923.26 Esta carta revela muchas
de las primeras impresiones de nuestra poetisa en
los días de su arribo a México. El ritmo es intenso:
Hace dos meses que vivo en un ajetreo del que no
puedo darle una idea. Cada día es una visita a una
escuela o a un pueblecito i todo eso significa una
clase, muchos discursos, i un oír cosas que me
dan vergüenza, vergüenza verdadera. Esta jente
quiere a los poetas, los siente personas decentes,
hasta seres de selección; pero hacen tantas
invitaciones, Dios mío.
Su vida se mueve entre los pueblos de indios
y los altos niveles de la intelectualidad y del gobierno.
Gabriela se siente mucho mejor con los
primeros. La distancia y el nuevo trabajo están
puliendo sus puntos de vista:
El viaje me ha corregido algunos errores i me ha
convencido de muchas verdades. Su pobrecita
hermana tiene un poco de vista a la distancia, como
dicen los teósofos. De la pedagogía, ni hablar: Me
sirve EE.UU (está pensando en ir allá) para la
pedagogía, pero yo la voy a dejar muy pronto,
herida por los pedagogos a quienes no puedo
perdonar.
Junto a Barrios y a muchos otros contertulios
epistolares, mencionaremos a continuación a Pedro
Aguirre Cerda, de familia aconcagüina, profesor,
ministro de educación y luego presidente de la
república. La correspondencia de Gabriela se inicia
en Los Andes en 1919 (circa). A sus gestiones deberá
su traslado a Punta Arenas.
Con don Pedro, mantendrá relaciones epistolares
regulares para asuntos de diferente monta, su
liceo 6 de Santiago, sus reemplazantes, su posible
jubilación, su estancia mexicana y sus planes (viaje
a Costa Rica, a Europa, a Estados Unidos). Una de
las cartas interesantes es la del 1 de enero de 1923,
desde el barrio de San Ángel en la ciudad de México.27
Junto con esta carta le está enviando su libro
Desolación, dedicado a don Pedro y a su señora
Juanita. En ella hace una breve descripción de su
quehacer:
Por gratitud hacia este Gobierno, me he salido un
poco del marco de trabajo que me había impuesto:
Septiembre 2002 17
escribir versos y prosa escolar para los cantos de
las escuelas mexicanas y para un Libro de Lectura
de la escuela que lleva mi nombre. Voy a hacer
algo más: ayudar al ministro Vasconcelos en la
organización de escuelas de indígenas, a raíz de
un congreso de maestros misioneros que me tocó
presidir y cuya labor me interesó profundamente.
Aparte de eso, debo responder a una invitación muy
honrosa y tierna que me han hecho los maestros
de Costa Rica para visitar el país por cuenta del
gobierno y de ellos. Tengo, además, el compromiso
de ir a Nueva York a dar alguna conferencia sobre
Chile y México a los maestros de español que han
publicado mi libro, en el Instituto Real de las Españas.
Calculo para toda esa labor dos años.
En la misma carta sale al paso de ciertas críticas
hechas en Chile sobre el supuesto carácter
bolchevique del gobierno mexicano. Es clara: Se
trata sencillamente de una maldad. El gobierno es
de un tipo parecido al socialista francés, en algunos
estados solamente.
La confianza de Gabriela con don Pedro conmueve:
Quiera serme una vez más guía y el único
protector de mi carrera, mi —único amigo profesor,
entre el gremio enemigo mío por excelencia—.
En otros escritos suyos
En mayo de 1924, En la otra orilla. A bordo del Patria,
28 Gabriela se va alejando de México y recuerda
desde “la otra orilla”, la del río Grande que separa
México de su temible vecino del norte:
Desde la otra orilla, la ajena, yo miro con el espíritu,
yo recojo en una gran bebedura de recuerdos el
país que he recorrido con los trenes trepidantes o
con el paso lento de mi caballo de sierra... Y, esta
mirada mía, recogedora de cuarenta panoramas,
me lleva al corazón una oleada de sangre calurosa.
En este breve texto, la imagen de México
está referida —como casi todo el Lucila Godoy— a
sus propias resonancias y experiencias de vida.
Pero es además un recordatorio específico:
Gracias a México por el regalo que me hizo de su
niñez blanca; gracias a las aldeas indias donde viví
segura y contenta, gracias al hospedaje no mercenario
de las austeras casas coloniales donde fui
recibida como hija; gracias a la luz de la meseta
que me dio salud y dicha; a las huertas de Michoacán
y de Oaxaca, por sus frutos cuya dulzura va
todavía en mi garganta; gracias al paisaje línea por
línea, y al cielo que, como en un cuento oriental,
pudiera llamarse —siete suavidades—. Y, enseguida,
algo más relacionado como su quehacer
docente: Pero gracias sobre todo, por estas cosas
profundas: viví con mi norma y mi verdad en esa
tierra y no se me impuso otra norma: enseñando
tuve siempre el señorío de mí misma; dije con gozo
mi coincidencia con el ambiente, muchas veces,
pero dije otras mi diversidad. No se me impuso
norma de trabajo: tuve la gracia de elegirlo; cuidaron
de no darme fatiga, tal vez porque me vieron interiormente
rendida; nada de la patria me faltó, y si
la patria fuese protección pudorosa, delicadísima,
México fuera patria mía también.
Otras referencias
En 1930, en Sacrificios,29 recuerda su llegada a la
meseta de México: Era la luz, era el aire de altura,
Luchas de Maestros, Grabado de Sarah Jiménez y Alberto Beltrán
18 Reencuentro
era también la lengua bien hablada... La remembranza
será larga. En 1950, en una Conferencia
sobre México30 pronunciada en este país ante el
Alcalde de una ciudad, vuelve sobre sus imágenes
primeras: Yo recorría el suelo todavía garabateado
de sangre luchadora. En esa tierra, la guerra la habían
hecho los hombres, pero las mujeres guardaban
las semillas de la paz, casa a casa... La palabra
Revolución cubría calles, oficinas, colegios, pero
el México nuevo conservaba todas las virtudes de
su mujerío... y ...cancelada la maquinaria bélica llenaban
nuestras rutas los camiones de maestros
misioneros cargando bancos y pupitres escolares
y las nuevas cartillas para enseñar a leer a la infancia
los nuevos principios.
De los textos mencionados, cartas y otros, se
puede concluir que este periodo comentado tiene una
intensidad en la vida de Gabriela que no ha tenido
otro en toda su vida. Como nunca su tarea es diversa
y desafiante, pero está a la altura de lo que ella sabe
hacer. De modo que una sensación de realización y
de plenitud la acompañará en estos dos años. En
cierto modo se realizará un reencuentro con la pedagogía,
esa auténtica y no herodizadora31 de niños.
Su participación en la cruzada vasconceliana
será importante, pero no decisiva para sus logros.
Ésta ya estará en marcha cuando ella llegue y si
bien su aporte será trascendente en el libro Lecturas
para mujeres encomendado por José Vasconcelos,
su tarea en las misiones se integrará como apoyo
a un movimiento que ya tiene vida propia.
De todos modos nos interesa conocer más de
cerca sus opiniones sobre José Vasconcelos y sobre
la reforma o las reformas que está llevando a cabo.
José Vasconcelos
y su cruzada educacional.
La percepción de Gabriela
Mistral sobre esa reforma
No deja de impresionar a nuestra maestra la amplitud
del movimiento en que de pronto se encuentra
inmersa. Ella que proviene de un país de lentos
cambios sociales, de pronto se halla en el vórtice de
un gran tornado. El Ministro Vasconcelos había desatado
sobre el país una especie de movilización
general en favor de la enseñanza rural. Había muchas
reformas en preparación y en marcha, pero dos
lo llenaban todo: la reforma agraria y la de la escuela
campesina.32 La reforma tocaba fibras íntimas de
nuestra compatriota: lo rural, lo campesino, lo popular,
la lectura como medio preferencial, la creación
de bibliotecas. No he visto pueblo más respondedor
a una voluntad prócer de cultura y tampoco he
conocido un movimiento pedagógico de entraña más
popular. Es decir, justo el revés de la medalla gris y
vituperada de la pedagogía de su propio terruño.
La importancia de la lectura tanto en su modalidad
silenciosa en la biblioteca, como en la lectura
colectiva en la aldea son destacadas por Gabriela.
En ambos casos de trata de una fiesta, semejante a
la del teatro y a las fiestas religiosas. Con Palma
Guillén realizan verdaderos actos poéticos de lectura:
Palma y yo ensayamos en aquella aldea (Se refiere
a Zacapoaxtla en la Sierra de Puebla) la lectura
colectiva, la lectura como fiesta semanal en lugares
abiertos o cerrados, según el tiempo y la lectura
comenzada por el maestro y comentada por el
pueblo. Digo que ensayábamos porque nadie hace
cosa importante pasando. Quedar, durar, resistir y
porfiar es la pedagogía entera.33 El fruto de semejante
obra es una profunda transformación moral,
Los frutos intelectuales de estas lecturas pueden
haber sido buenos; pero los morales son los que
cuentan más... lentamente se va produciendo un
encuentro de almas en la que se van borrando los
límites entre el maestro y discípulos, se ha anulado
de maestro a masa, toda extranjería de clase social,
de hombre urbano a hombre rural. O la masa
ha metido a su mentor en sus entrañas o él ha
llegado a las suyas y se enseñorea en ellas.34
Esta Reforma al decir de nuestra maestra,
es de tal trascendencia, realiza una síntesis tan
admirable de las mejores ideas pedagógicas que
dominan hoy en el mundo, que no ha podido menos
que imponerse a la admiración del Continente. Lo
que se destaca más vigorosamente en ella es su
esfuerzo por la enseñanza del indio, la preponderancia
de la educación primaria sobre la universitaria
y la índole radicalmente práctica con la que se
busca hacer de México una nación industrial de
primer orden.35
A medida que transcurre el tiempo, Gabriela
va decantando sus recuerdos sobre la reforma
mexicana. De vuelta en La Serena en 1925, evoca:
Septiembre 2002 19
las misiones de una hermosa heterogeneidad: la
directora, una enfermera, tres maestros primarios,
cuatro carpinteros, algunos albañiles, una agrónomo,
una modista, una profesora de economía
doméstica, el especialista de una pequeña industria.
36 La consecuencia para todos era muy enriquecedora.
Los más beneficiados eran los mismos
maestros: se arrancaba a los maestros de la limitación
pedagógica, la mayor de las limitaciones humanas,
para volverles la cara hacia la tierra y sus
materiales creadores. Veía transformarse en otra
cosa más profunda a los jóvenes de las Normales,
en eso que para mí es el cabal tipo humano: un
puente que baja desde el conocedor al artesano.37
Las misiones por la fuerza de la metáfora tendrán
muchas resonancias literarias en Gabriela.
A propósito de Fray Bartolomé de las Casas,
reconoce:
la honra histórica de las misiones españolas y las
vincula a las de Vasconcelos: Los educadores
nuestros guiados por Vasconcelos hacia esta reivindicación
(la de las misiones españolas...) declaran
que sus métodos mixtos de trabajo manual e
instrucción alegre son los mejores que valgan con
el indio...38
La reminiscencia será larga. En 1930, volverá
al tema de Las primeras luchas de Vasconcelos.39
Luego mucho más tarde (1950) en Veracruz rememorará
esos años de la reforma educacional de
Vasconcelos con sus vistas dirigidas rotundamente
hacia el analfabetismo rural, pero también a una
confortación moral de la raza indígena caída en la
congoja, (que) corrió como la marcha griega de
antorchas por la América Central y la del Sur.40
Entre otros testimonios que hemos conocido,
conviene mencionar el de Octavio Paz, tanto por
su calidad de mexicano y premio nobel cuanto por
haber conocido a Gabriela Mistral en París en
1946. Dice en un ensayo publicado por El Mercurio
de Santiago:
Recordaré solamente que, entre los escritores
hispanoamericanos de la década del 20, invitados
por José Vasconcelos, entonces Ministro de Educación
de la joven revolución mexicana, Gabriela
Mistral fue la figura más destacada. La otra gran
figura, Haya de la Torre, pertenece al mundo de la
política. La presencia de Gabriela Mistral en la patria
de Sor Juana Inés de la Cruz, fue más que una
coincidencia, una verdadera rima histórica y
literaria: son las dos grandes poetisas de nuestras
tierras.41
Vasconcelos,
genio y figura
José Vasconcelos fue un personaje singular que
en cualquier república hispanoamericana habría
jugado un papel destacado y habría pasado a la
historia como alguien cuya obra tuvo peso decisivo
en la historia patria. Como pocos tuvo una visión
de conjunto sobre la historia pasada y el futuro de
su país. En cierto modo fue un soñador y un místico,
pero con potencialidad política y pedagógica.
No hemos podido dejar de compararlo con
otros líderes que de tarde en tarde han aparecido
en estas tierras. En particular con José Martí, también
escritor y revolucionario. Ya, Gabriela nos
había dejado una pista al hablar del hombre. Sarmiento.
Pensamos que en Chile no ha habido nadie
con ese conjunto de características (desearíamos
que algún historiador nos desautorizara).
Su vida y obra, no obstante, lleva el sello de la
historia mexicana. Es, por lo tanto, en cierto modo
incomprensible fuera de ese contexto. En efecto,
la historia de México es única en el concierto
hispanoamericano por varias razones: a) su pasado
precolombino es el más brillante y espectacular de
todas las etnias originarias. Su más cercano
parangón sería la Nación Inca, a una buena distancia;
b) su conquista (un puñado de hombres contra
millones de personas con una cultura muy
desarrollada) fue sangrienta y muchas veces
destructora de lo autóctono. Su sello de dominio y
subyugamiento perdura hasta hoy; c) el mestizaje
mexicano no tiene parangón en la América hispana
por la presencia mayoritaria del componente
aborigen. Hasta hoy México es una gran nación
mestiza con algunos enclaves étnicos europeos;
d) la historia de esa conquista, potenció varios
ingredientes de la cultura mexicana: la importancia
de la sangre, el culto a los muertos, la cercanía de
la vida humana a la naturaleza, la simplicidad de
vida (los mexicanos no son codiciosos),42 su sentido
arquitectural (en ambos planos el físico y el mental)
que se reproducirían a lo largo de la Colonia y
luego de la época moderna.43
20 Reencuentro
Su actividad pedagógica
fue también idiosincrásica
a) En primer término es una pedagogía política ya
que apunta al cambio social estructural y no sólo
individual. El sujeto de sus reformas es colectivo:
el indio en primer lugar y luego el mestizo.
b) Su meta: recuperar el pasado prehispánico y vincularlo
orgánicamente con el México moderno,
tomando ambos cabos. Del primer mundo rescatará
las culturas sobrevivientes de cada etnia,
del segundo tomará los clásicos, no sólo los griegos
y latinos, sino sobre todo la herencia cristiana.
Aún en su época final de agnosticismo,
seguirá afirmando el primado de la sabiduría
evangélica sobre cualquier
otra.
c) La originalidad de su propuesta:
Las misiones
pedagógicas. Inspirado
en el modelo eclesial del
envío de misioneros a
apartados lugares sin
asistencia regular, Vasconcelos
convocará y
enviará a equipos interdisciplinarios
(como diríamos
hoy), compuestos
de profesionales y técnicos
de las más diversas
capacidades. Entre ellos:
los pedagogos. Por lo
tanto, desde el inicio la
pedagogía aparece integrada
en un esfuerzo
comunitario, cívico, muy vital. Este enfoque cautivará
a Gabriela Mistral hastiada del pedagogismo
discursivo, cerrado y autocomplaciente.
Por lo mismo tampoco es dable adscribir sus
reformas a ninguna corriente de las que ya en esta
época estaban vigentes. En efecto, si bien parece
haber leído a William James (a quien Dewey debe
lo central de su pragmatismo), no parece que haya
sido influido por él mayormente. Por lo mismo, el
movimiento pedagógico que enrolará a Gabriela no
será ninguna propedéutica para lo que llegara a
llamarse Escuela Nueva.
d) El fundamento filosófico de su propuesta: por un
lado la hora de una raza nueva, más fuerte y
vital que las dos razas madres: el mestizo y su
futuro, expresada en un lenguaje filosófico que
México no conocía, ni conocerá hoy día. Por otro
lado una filosofía espiritualista nutrida en lecturas
de Platón, Plotino, Agustín, Bergson y otros. Ambos
factores enamoraron a Gabriela Mistral y la
rindieron incondicionalmente a la causa vasconceliana.
44
e) El claro sello personal de sus ideas, que de algún
modo influyeron en Gabriela Mistral. Aun cuando
confiesa45 que lo marcaron las ideas de Platón,
Plotino y Agustín, sabemos que también estuvo
en contacto con filósofos franceses contemporáneos:
Boutroux, Bergson, Poincaré. De sus contemporáneos
mexicanos no se salva nadie. Su
opinión es franca: mediocridad casi total. Honrosas
excepciones: Antonio
Caso, Justo Sierra.46 Menciona
también a Amado
Nervo que es uno de nuestros
pocos grandes. Fue
maestro cuando dijo: Lee
los libros esenciales, bebe
leche de leonas; gusta el
vino de los fuertes .47
f) La genialidad del ministro
de la SEP está en el enfoque
pedagógico lúdico,
manual y a la vez gnoseológico.
Gabriela Mistral lo
descubrió de inmediato:
las misiones eran un éxito
porque no eran una forma
escolarizada de instrucción.
Cada una era una fiesta
social completa. La
gente se trasladaba a la plaza y allí se revivía
una forma de convivio que los acercaba a sus
raíces. La misma lectura pública era un acto
comunitario. La lectura seguida de inmediato del
comentario. Mucho tiempo después Pablo Freire
en el Brasil intentaría una forma similar de
pedagogía, pero esta semejanza no ha sido
destacada y trabajada por motivos obvios.
La oportunidad.
El momento político
En cierto modo Vasconcelos, según algunos, representa
the right man at the right place. Luego de una
historia de autoritarismo (porfiriato) y gobiernos de
poco aliento sin ninguna base conceptual aparece
Fotografía: Jorge Ramos
Septiembre 2002 21
Álvaro Obregón con una propuesta más sólida y con
una oferta de apoyo total a reformas educacionales,
como único modo de asegurar la estabilidad política.
Vasconcelos tiene su hora y es nombrado secretario
de educación (en nuestro léxico: ministro) Su obra
es importante: crea la Secretaría de Educación Pública,
a la cual le da un imponente edificio (actualmente
en pie y decorado en sus tres pisos por Diego
Rivera). Por otra parte da un nuevo impulso a la
Universidad de México, siendo nombrado rector (hoy
es la Universidad Nacional Autónoma de México).
A pesar de que a poco andar de la partida de
Gabriela tendrá que dejar el cargo y exiliarse, su
recuerdo será permanente. Pero, no tanto. Los
mexicanos se embarcarán en un barco mecido por
las aguas de una revolución desligada de referentes
religiosos, oficialmente atea, con escasa cabida
para el sentido religioso de la vida (y muchas veces
claramente católico) que quiso darle.
El PRI, partido oficial que gobernaría durante
70 años nunca fue de su agrado. En una oportunidad
en que le preguntaron por los intelectuales
mexicanos, respondió: es como si hoy buscáramos
filósofos en el PRI. Los políticos no son más que
bestias que, acaso, sólo obedecen órdenes.48
Su nacionalismo
Vasconcelos fue un mexicano plenamente identificado
con su país, con su historia sin ocultarse los
yerros y sin omitir sus triunfos. Sufrió a México en
sus entrañas y penó por sus muertes, revoluciones,
derrotas (frente a Estados Unidos). Al respecto
tenemos muchos testimonios, pero ninguno es más
revelador que la conferencia pronunciada en la
Academia Brasilera de Letras, el día 28 de agosto
de 1922, en su calidad de embajador especial de
México en las Ceremonias Conmemorativas del
Centenario de la Independencia del Brasil.
En este largo discurso (24 apretadas carillas)
Vasconcelos pasa revista a la historia de México
desde el levantamiento libertario de José María
Morelos (gran figura: sacerdote católico) hasta sus
propios días. El recorrido es lento y anecdótico.
Viene la guerra de 1847 en que México pierde la
mitad de su territorio.
Más adelante Benito Juárez indio puro que comienza
a jugarse por movimientos liberales. Pero
los conservadores acuden a Europa y acontece el
tragicómico evento del imperio de Maximiliano y los
franceses. A partir de esos hechos Vasconcelos
insinúa una explicación filosófica a la decadencia
que sigue: el positivismo de Comte, su pseudociencia.
Ésta será la estrategia de Porfirio Díaz. Larga
dictadura. Hasta que en esas duras condiciones
se produce ese milagro que es el santo... Pues bien
surgió uno de nuestros espíritus más altos: Francisco
I. Madero.49 El problema es que no era un estadista
y cae muerto por mano de Victoriano Huerta. Y, en
el discurso llega hasta sus propios días.
En todo este recorrido, Vasconcelos enfatiza
la causa de todos los fracasos mexicanos: la dependencia
cultural y económica de poderes ajenos
a sus fronteras: se puede decir que hemos vivido
como siervos de otras civilizaciones, y este es el
motivo de nuestros fracasos.50 Y no obstante, no
duda en afirmar, acto seguido, que la solución a
los problemas de México, no estará exclusivamente
en lo económico, sabe que para la educación y el
desarrollo de las nacionalidades existen los factores
espirituales, contenidos en nuestra propia conciencia,
que nos impulsan a reflexionar en que debemos
dar preferencia a las cuestiones culturales y de
organización, a nuestros elementos raciales.51
Conclusiones
Hemos hecho un recorrido por la obra de Gabriela
Mistral y de José Vasconcelos tratando de visualizar
el encuentro entre ambos, poniendo en claro los
elementos de cada personalidad que actuaron como
nexos y atracciones recíprocas, y al mismo tiempo,
las diferencias que los mantuvieron a distancia.
Queda claro, entonces que, en general, Gabriela
sabía a lo que iba; es decir, que a lo menos
tenía una anticipación general de la cruzada vasconceliana.
Se trataba de una innovación que bien
podría denominarse reforma y en muchos aspectos
revolución. Su cometido inicial era simple:
dar conferencias sobre literatura hispanoamericana,
componer himnos para las escuelas. Luego
cambió de rumbo ya que Vasconcelos se dio
cuenta de que en esa maestra de Chile había pasta
para mucho más.
Los registros tanto suyos como de otras fuentes
indican que Gabriela Mistral se enroló con su
cuerpo y su alma entera en esa tarea. El cambio
22 Reencuentro
radical de escenario y de actividad le permitieron
cobrar distancia del mundo pedagógico pequeño
que la había rodeado desde tantos años. Atrás
quedaban las disputas por sus títulos y las pequeñeces
y envidias (las de Amanda Labarca H. entre
otras). Ella se sentía en lo suyo y se reencontraba
con el sentido de la vida.
Ahora bien, esa reforma no tenía nada que ver
con lo que en el Chile de su época se llamaba reforma
educacional. Ni siquiera el mensaje de la FECH
que Gabriela diligentemente lee tiene que ver con
lo que Vasconcelos ya estaba haciendo. Mucho
menos tiene que ver esta cruzada con los experimentos
pedagógicos que la Escuela Nueva está
haciendo en Europa y en Estados Unidos. En
efecto, no hay ni siquiera una referencia a John
Dewey quien ya en estos años se había dado a conocer
ampliamente. No obstante, encontramos
realidades que se acercan a ella. La Escuela Granja
que ella describirá con tanto detalle será un anticipo
de la escuela del doctor Decroly que ella visitará
años después en Bélgica y por otra parte, ella
reconocerá que allí se está jugando lo mejor de los
avances pedagógicos del momento.
La novedad de la experiencia mexicana no
significará un quiebre en la vida de nuestra compatriota.
Habrá, por lo pronto, una profunda comunión
espiritual entre ella y José Vasconcelos. Ambos
habrán transitado desde el evangelio a la teosofía,
y en todo caso, habrán edificado sus vidas sobre
un claro predominio de lo espiritual (¿Herencia
platónica y agustiniana?).
La huella de la amistad y trabajo con Vasconcelos
perdurará largo tiempo en Gabriela Mistral,
como una experiencia única y fundacional. Su
contacto y preocupación por la suerte de José
Vasconcelos en sus años de destierro y persecución
son constantes en sus cartas, a lo menos
durante los diez años siguientes.52
Finalmente nos preguntamos ¿qué queda del
legado de José Vasconcelos en el México de hoy?
Es difícil responder con nitidez. A primera vista
pareciera que lo que queda es poca cosa. No existe,
que sepamos (tal vez la hay), una publicación de
sus obras completas. Sólo algunos de sus libros
están a la venta en las librerías. En la misma sede
de la SEP, en el viejo y magnífico edificio que él
levantó, su estatua se sitúa bajo una escalera, como
arrinconada.53 Sus ideas sobre la divulgación de
los clásicos no convencen a los mexicanos de hoy.
Por otra parte el drama de las culturas indígenas
sigue vivo, como lo prueban algunos hechos de la
historia reciente de México. En esas etnias el sincretismo
está más vivo que nunca, y no hay modo
de separar lo que es cristiano, de las viejas creencias
en los dioses de la tierra.
Nos preguntamos: ¿qué habría sucedido si en
lugar de llegar nuestra compatriota en el año 1922,
lo hubiera hecho hoy? Obviamente no lo sabemos,
pero probablemente no habría tenido la acogida y
la resonancia que tuvo a comienzos del siglo XX.
Por otra parte, en Chile no se ha dado aún una personalidad,
ni de lejos tan brillante como la de Gabriela.
Si hubiera llegado, tal vez la habríamos
arrinconado y proscrito. En Chile es difícil destacarse,
el éxito se paga caro.
Epílogo
Este texto pertenece a una serie de escritos
vinculados a un proyecto de investigación de la
Universidad Católica de Valparaíso, titulado:
Gabriela Mistral y la Escuela Nueva. Recepción en
Fotografía: Image Bank
Septiembre 2002 23
su obra y en el Liceo Experimental que lleva su
nombre (D.I. 185 770 99). En este último hemos
querido revisar los textos relativos a la primera
estancia de Gabriela en México, sondeando la presencia
de ideas conexas con ese movimiento.
Nuestra conclusión ha sido clara: sólo es posible
detectar lejanas cercanías. En lo medular su pensamiento
pedagógico tenía un rostro definitivo. Y
ese rostro era el de un aliento muy espiritual, forjado
por la gracia y definitivamente no escolar. En lo
más profundo ella se jugará por el autodidactismo
o en el peor de los casos por una escuela completamente
diferente.
Sin directa referencia a lo anterior, el autor
quiere dejar constancia de que el hecho de haber
emprendido la tarea de develar el fondo de la
relación entre nuestra compatriota y José Vasconcelos
ha tenido consecuencias que van mucho
más allá de la mera anécdota. Surge México, su
cultura, la de ayer y la de hoy, con una fuerza poderosa,
impulsándonos a nuevos estudios y nuevos
contactos entre intelectuales chilenos y mexicanos.
Gracias México.
Bibliografía
Producción literaria de Gabriela Mistral durante el
primer periodo mexicano (1922-1924)
Nuestras principales fuentes secundarias son:
1. Las recopilaciones de textos de Gabriela Mistral
de Roque Esteban Scarpa (Editorial Andrés
Bello, (I) Gabriela Mistral, Magisterio y Niño,
1979; (II) Gabriela Mistral, Grandeza de los
Oficios, 1979; (III) Gabriela piensa en...
1978; (IV) Gabriela anda por el mundo, 1978.
Sigla SCARPA.
2. Las de Alfonso Calderón (1979), Gabriela Mistral,
Croquis Mexicanos, editorial Nascimento.
Sigla CROQUIS.
3. Luis Vargas Saavedra (1999), Recados para hoy
y para mañana. Editorial Sudamericana,
Tomo I y II. Sigla VARGAS.
4. Boletines de la Secretaría de Educación Pública
de México, conocidos directamente por
nosotros en reciente visita a su Archivo Histórico
Nacional. Noviembre de 2000. Sigla SEP.
5. Otras referencias provienen de la Antología Mayor
de Gabriela Mistral, editada en Santiago
de Chile en 1992. Ed. Cochrane. Trabajo de
varios escritores, entre ellos, Luis Vargas
Saavedra. Citada con la sigla ANT.
El periodo abarcado va desde su viaje en el
Orcoma, hasta el año 1924. Esta última fecha
con cierta imprecisión.
1922
Agosto Palabras de Gabriela Mistral en la inauguración
de la biblioteca que lleva su
nombre, SEP, 1922 (107-108).
Himno a la Escuela Gabriela Mistral
1922 (257258).
Agosto (?) Conferencia leída por Gabriela Mistral
en la Federación de estudiantes mexicanos
al entregar mensaje de la Federación
de Chile,1922, (179-183).
Octubre Discurso al presidente y a los socios
del conjunto artístico Gabriela Mistral
1922, (361-362).
(30) Varias clases de libro. ANT. IV, 316.
Noviembre El Paisaje de México. CROQUIS, (7-12).
A Amado Nervo, (13-15).
Una puerta colonial.
Diciembre Plantas mexicanas: el Maguey, (21-27).
1923
Enero A la mujer mexicana, (23-25).
La enseñanza en México. Vargas
II (93).
La palmera. Michoacán. CROQUIS, (65-68)
Don Vasco de Quiroga, (79-81).
Febrero Poetas mexicanos: María Enriqueta
y su último libro, (45-52).
Marzo Reloj de Sol. Simpatías y diferencias,
(27-32).
Abril Álvaro Obregón. Presidente de México,
(53-56).
Mayo El presidente Obregón y la situación
de México, (57-63).
Junio Sobre panamericanismo. ANT. IV 223.
Silueta de la India, (69-71).
Las Grutas de Cacohuamilpa, (73-77).
Julio Cómo se ha hecho una escuela granja
en México. (33-44).
Lecturas para mujeres. Introducción
Scarpa, (105-111).
Septiembre Silueta de Sor Juana Inés de
la Cruz, (83-87).
Las Jícaras de Uruapán, (89-91)
(17) Chile. ANT. IV, 223.
Octubre ANT IV. 224.
24 Reencuentro
Noviembre La educación de México. Nueva Ley
de Jubilaciones, (93-95).
Palabras en el Día de la Raza. ANT.
IV, 224.
(21-28) Motivos de San Francisco. 418.
1924
Enero La rebelión contra el Gobierno.
(97-105)
(15) La maestra, 317.
Febrero Pequeños relieves mexicanos.
(107-109)
La Fiesta del árbol.
Las colonias rurales.
Una plaza de juegos para niños.
(111-115)
México y los Estados Unidos. Discurso
en la Universidad de México a estudiantes
de Estados Unidos, ANT. IV, 221.
Abril Sobre un intercambio universitario. ANT
V, 318.
Mayo En la otra orilla. A bordo del Patria.
Vargas II (15-16).
(?) Meditación. Sobre Budismo. II, 200,
(19) Oración del estudiante a la Gracia.
ANT IV, 318.
Junio El recuerdo de Chile. Discurso en la
Escuela Normal Preparatoria de
México. ANT. IV 226
Cristianismo con sentido social, 226.
Cartas (Selección)54
1922 2 de julio, a Eduardo Barrios. ANT III, 89
3 de octubre, a Pedro Aguirre Cerda, 90
31 de diciembre, a Eduardo Barrios, 94
1923 1 de enero, a Pedro Aguirre Cerda, 99
20 de enero, a Eduardo Barrios,102
05 de abril 104.
16 de abril, a Heliodoro Valle. ANT. IV 222
Mayo, a Ida Corbat
3 de agosto, a José Pereira Rodríguez, 316
11 de septiembre, a Eduardo Barrios, 116
Este conjunto, muy impresionante de recados,
comentarios e impresiones es una manifestación
del impacto que ejerció sobre Gabriela todo el entorno
mexicano. No sólo se ha fijado y recogido los
temas sociales, políticos y propiamente educacionales,
sino que ha observado atentamente la naturaleza,
y las gentes. Especial atención han concitado
los indígenas y los mestizos, que por otra parte serán
quienes recibirán sus mejores enseñanzas.
Muchas veces a propósito de árboles y grutas,
su mente se eleva a lo invisible y se abre a visiones
de totalidad propiamente religiosas. Este camino
de lo material a lo interior y a lo espiritual, trazado
por los neoplatónicos (Plotino y Porfirio), recogido
por Agustín, Buenaventura y santa Teresa, unirá
también a Gabriela con Vasconcelos quien reconocerá
en él, un misticismo.55
En la Antología Mayor de Gabriela Mistral (Ed.
Cocharne, 1992) en su tomo III de Cartas hay numerosas
referencias a José Vasconcelos, cuya existencia
cada vez más precaria preocupó siempre a
la poetisa, pp. 91/ 94 / 97/ 100 / 116 / 118 / 159 /
163 / 165 / 168 / 171 / 173 / 182 7 202.
Fuentes para el estudio de Jose Vasconcelos,
en los escritos de Gabriela Mistral.
Reloj de Sol. Simpatías y diferencias, (marzo,1923)
CROQUIS, p. 31.
El presidente Obregón y la situación de México,
(mayo 1923) CROQUIS, p. 60.
La reforma educacional de México, (marzo 1925)
CROQUIS, p.117.
Organización de las mujeres, (El Mercurio, 5 julio
1925), Quezada, p. 73.
Primeras luchas de Vasconcelos (1930), CROQUIS, p. 153.
Lectura campesina (1933), Vargas II, 93. Las misiones,
transformación de los normalistas, una
civilización rural.
Fray Bartolomé, s/f. CROQUIS, p. 143.
Conferencia sobre México (1950), Vargas II, p. 80.
En fuentes mexicanas:
La principal de todas las fuentes mexicanas —consultadas
por nosotros— son los escritos del mismo José
Vasconcelos (discursos, libros, etcétera) y los registros
de la Secretaría de Educación Pública, conservados
en el Archivo Histórico Nacional de la SEP.56
Fuentes en la SEP:
Serie LOS MEJORES, SEP, 1988-1989
Disponemos de 13 fascículos con temas conexos
con nuestra investigación: tanto personajes
como actividades:
1) Lauro Aguirre; 4) Biblioteca Pública de
México; 5) El edificio de la SEP y José Vasconcelos;
6) Los murales de la SEP; 7) La
profesora Eulalia Guzmán; 8) Carlos Pellicer
Cámara; 12) Las Misiones Culturales.
Septiembre 2002 25
Boletines de la SEP. Hemos revisado los tomos
correspondientes a los años 1922, 1923 y
1924. En estos Boletines se documenta bien
el viaje de José Vasconcelos a Brasil, Argentina
y Chile, la llegada de Gabriela Mistral,
algunas de sus actividades y lo relativo
a las Misiones Culturales.
Otros aportes que han obrado
en nuestro trabajo
Carballo, Emmanuel, “Vasconcelos, el inconforme”,
en Revista Magisterio, agosto 1956, pp. 15-
22. Entrevista a José Vasconcelos poco antes
de su muerte.
Blanco Moheno, Roberto, Crónica de la revolución
méxicana. tomo III, 4ª ed. Editorial Diana,
México, 1973. Interesante por que el autor
expone una visión de Vasconcelos sumamente
crítica.
Delgado, Juan Manuel, “Atisbos a la política cultural”,
en Revista de Pedagogía, Universidad
Pedagógica Nacional, México, junio-septiembre,
1988, Volumen V, número 15. Agradecemos
este excelente artículo que nos
puso en la pista de esta hermandad entre
México y Chile.
Padilla Arias, Alberto. “Rafael Ramírez, la educación
rural y la configuración del nuevo Estado
Posrevolucionario”. Reencuentro, número
31, septiembre 2001. Universidad Autónoma
Metropolitana, pp. 29-40.
Notas
1 Ella misma usa este neologismo: en Comento a Ternura
(VARGAS II, 1942:177): Si yo no hubiese
tenido que hacerme “escuelera” [sic] para
medio comer a los catorce años, y más tarde
profesora para comer, no hubiese aprendido
de mis jefes que había que tirar lejos mi lengua
del Valle de Elqui -más castellana que la
de Santiago o de cualquier capital... Sobre el
uso de siglas SCARPA, VARGAS, CROQUIS, SEP y ANT,
véase la bibliografía.
2 Campos Harriet, Desarrollo Educacional, 1810-
1960, editorial Andrés Bello, 1960, p. 83. El
influjo alemán se comienza a sentir con
fuerza en Chile a partir de la victoria de Bismarck
sobre los franceses en la batalla de
Sedan. Había un convencimiento de que era
el maestro de escuela germano el vencedor
de Sedan. Entre los germanófilos más destacados
mencionamos a José Abelardo Núñez,
Valentín Letelier, Claudio Matte (autor
del famoso Silabario). Todos ellos viajaron
a Alemania. Por otra parte, desde las altas
esferas del gobierno se trajeron maestros
alemanes para las escuelas normales. En
ellas la mayor parte de las asignaturas eran
servidas por profesores alemanes, con
excepción de religión, castellano, instrucción
cívica e historia patria y americana. Sobre
el método concéntrico, véase una breve descripción
en la obra de Gonzalo Vial (1981, 258).
3 Gonzalo Vial, Historia de Chile, Ed. Portada, 1981,
tomo II, p. 239.
4 En Carta a Eugenio Labarca (1915), dice: La directora
del Liceo tiene por mí verdadera admiración,
y fácil me hubiera sido pedirle algo;
pero ...tengo miedo de batallar con su carácter
de alemana...Ya las conozco: trabajé con
una en La Serena y me envejeció”. ANT III, p. 32.
5 Gonzalo Vial, op. cit., tomo II, passim.
6 Vi una maffia pedagógica de gente inepta, sin una
luz de creación, queriendo dominarlo todo,
y me parecieron más puros los pobres volcheviques
de la Asociación de Profesores.
Carta a Pedro Aguirre Cerda, Fontainebleau,
28 diciembre, 1926. ANT III, p. 145.
7 ANT III, pp.111-116.
8 ANT III, p. 53.
9 Citado por Jaime Quezada en Gabriela Mistral.
Escritos políticos, FCE, México, 1995, p.15.
10 Diario Ilustrado, “Un momento de charla con Gabriela
Mistral”, Santiago, 22 de junio de 1922,
citado por Jaime Quezada, (op. cit., p. 15).
11 Hasta donde sabemos este discurso no ha sido
publicado en Chile en ninguna de las antologías.
12 Mientras en nuestro país las fuerzas vivas de
renovación, luchaban por romper las lápidas
sepulcrales de las rutinas, y la poetisa, relegada
en un rincón de la república, obtenía
penosamente un puesto en la capital, tras
ruda pelea con los espíritus mohosos, que
piden al genio diplomas universitarios, el
señor Vasconcelos, entonces ministro de
instrucción, la llamaba para sacarla de una
situación oscura y colocar la luminaria de su
corazón, en un candelero de oro, en que ardiese
viva la llama interior. Discurso de Inés
Echeverría de Larraín, en la recepción que
el Ateneo Gabriela Mistral ofreció el 2 de noviembre
de 1922 en honor de Vasconcelos.
26 Reencuentro
13 Lo referente a la biografía de José Vasconcelos,
a su viaje a estas tierras, con la intensa
polémica que despertó y otros perfiles de
su actividad como político, pedagogo y filósofo,
serán tratados en la bibliografía. Por
el momento adjuntamos la información relevante
a su relación con Gabriela Mistral.
14 Yo iba buscando la palabra de vida para dársela
a los estudiantes y porque en Gabriela Mistral
hallé la maestra por excelencia de toda
belleza espiritual, a la que de sus versos
hace una enseñanza divina, por eso quise
que fuera a México... Por eso la he llamado
y aunque Ud. me envió a decir que sólo nos
la prestaba, yo no pienso devolverla. Palabras
de Vasconcelos citadas por Roxane en
un artículo publicado por el Mercurio, Santiago,
30 de octubre de 1922. SEP, 1922, p. 729.
15 Esta carta (dos carillas densas) es la expresión
de sentimientos y opiniones muy positivas
de Gabriela sobre la obra literaria y filosófica
de Vasconcelos, sin que haya en ella mención
alguna de viaje a México.
16 Alfonso Calderón, CROQUIS Mexicanos, Ed. Nascimento,
Santiago, 1970, p.155.
17 Íbid. p. 153.
18 Carta a Joaquin García Monge, (? 1922) ANT III, p. 103.
19 Íbidem, p. 159.
20 Citado por el autor (AVF) en, México y Chile. Gabriela
Mistral y Vasconcelos. 1990, Revista de Educación,
Santiago, 1990, número 182, p. 63.
21 Es en sus cartas donde estos sentimientos tienen
más libre expresión: Estoi asqueada de mi
gremio en Chile. A Eduardo Barrios, 31
diciembre. 1922, ANT III, p. 95; No creo en la
gran farsa pedagógica de todas partes, el
mercantilismo disfrazado de ciencia i de
retórica embustera íbidem, p. 97; Desdeño
totalmente la pedagogía como retórica de
la mentira. íbidem, p. 99.Testimonios como
estos abundan en su obra. Esta faceta de su
persona no ha sido tratada con el rigor y en
el contexto de toda su vida.
22 Hubo una segunda estancia de Gabriela Mistral
en México. Vivió en el estado de Veracruz
de diciembre 1948 a diciembre 1949.
23 Según Luis Vargas S. ha sido Volodia Teiltelboim
en su libro Gabriela Mistral, pública y secreta
(1991) uno de los que ha detectado un mecanismo
de sustitución, que él denomina
gabrielización, es decir su proyección sobre
lo afín, hasta imponer su autorretrato en
otros y en otras. Véase su comentario al libro
de Volodia Teitelboim en Revista de Libros,
Mercurio, 26 enero 1992.
24 Palma Guillén tuvo importante influencia en la
vida de Gabriela. Sabemos que en diciembre
de 1905 estaba terminando su sexto año de
primaria en la escuela anexa a la Normal de
Profesores. En 1920 ejerce como profesora
interina de Organización Escolar y Administración
y posteriormente de lógica y psicología
en esa Escuela Normal. El 22 de julio de
1922 se le encomienda servir a Gabriela
Mistral como acompañante y en esa calidad
va a Veracruz a recibirla. A lo largo de su
vida se mantendrá el contacto entre ambas.
En Carta a Eduardo Barrios (5 Abril 1923)
confiesa lo siguiente: A propósito. Iba un día
con una profesora de la universidad que me
han puesto como secretaria, la única mujer
con cultura científica efectiva que yo he
conocido, i a quien he acabado admirando,
aunque su sapiencia en un principio me la
hizo antipática. Se llama Palma Guillén. Por
sugerencia de don Luis Vargas Saavedra,
buscamos el Archivo de Palma Guillén en
El Colegio de México, pero no lo hallamos.
25 La correspondencia de Gabriela Mistral con
Eduardo Barrios se inicia en Los Andes en
1916. Véase ANT III, p. 45. Pero, luego se
interrumpirá por veinte años. Véase el Prólogo
de Luis Vargas S., al Tomo III (Cartas)
de la Antología Mayor (ANT).
26 En ANT III, pp. 116-120.
27 En ANT III, pp. 99-102.
28 En Vargas II, pp.15-16.Citado también por
Calderón, “Croquis” pp. 133-134.
29 En VARGAS II, pp. 88-91, publicado en ABC, Madrid,
15 de enero 1931.
30 En VARGAS II, pp. 78-83.
31 Herodización, herodismo, fuertes expresiones
utilizadas por ella para referirse a la muerte
espiritual de inocentes. El primer texto: se
trata de su crónica sobre la actividad en la
aldea de Zacapoaxtla: Habían traído a los
niños y niñas de cinco a diez años, criaturas
todavía no herodizadas por los maestros. En
Lectura campesina,(1930), VARGAS II, p. 92.
Más tarde tendrá un texto aún más fuerte:
Recado sobre el Herodismo criollo respecto
de la infancia (1941). VARGAS II, pp. 106-113.
32 Enseñanza en México (1923) VARGAS II, p. 93.
33 Íbidem, p. 95.
Septiembre 2002 27
34 Íbidem, p. 97.
35 El presidente Obregón y la situación de México,
en CROQUIS, p. 60.
36 La Reforma Educacional de México, CROQUIS, p. 117.
37 Íbidem. p. 122.
38 Fray Bartolomé, CROQUIS, s/f., p.143.
39 Primeras luchas de Vasconcelos, CROQUIS, pp.
153-160.
40 Conferencia sobre México, VARGAS II, p. 80.
41 El pan, la sal y la piedra, Octavio Paz, Diario El
Mercurio de Santiago, Artes y Letras, domingo
21 de octubre de 1990.
42 Los españoles traían un concepto de propiedad
heredado del derecho romano, completamente
ajeno al de sus tradiciones culturales.
Por otra parte el oro tenía un significado muy
diferente para españoles y aborígenes.
43 El choque entre los conquistadores y los pueblos
de la tierra, en particular con los mexicanos
o mexitlis de la meseta del Anáhuac, y la
victoria de los primeros trajo consigo una
destrucción masiva de sus registros de conocimientos,
en particular de sus libros, glifos
y de la sabiduría acumulada por siglos. Sólo
recientemente ha sido posible reconstruir
algo de ese patrimonio. Es revelador que
cuando Bernal Díaz del Castillo hace su
detallada descripción del palacio de Moctezuma,
sólo muy de paso menciona los libros
en los que se llevaba la contabilidad y la
historia del reino mexicano. Acuérdome que
era en aquel tiempo su mayordomo mayor
un gran cacique, que le pusimos por nombre
Tapia, y tenía cuenta de todas las rentas que
le traían a Montezuma con sus libros, hechos
de su papel, que se dice —amal—, y tenía
de estos libros una gran casa de ellos. Historia
verdadera de la conquista de la Nueva
España, (1632) capítulo XCI, Ed. Porrúa,
1999, p. 168. Nada de eso quedó. Sólo existen
unos pocos códices en el mundo.
44 Hemos sostenido la tesis de un fundamento neoplatónico
en Gabriela Mistral. Véase la Vocación
Vertical. El pensamiento de Gabriela
Mistral sobre su oficio pedagógico. EUV, 1992,
esta tesis no ha sido discutida en los círculos
especializados chilenos. Sin embargo Luis
Vargas Saavedra reconoce esta herencia en
Recados para hoy y para mañana introducción
al tomo I. En relación a sus lecturas, de
clásicos y modernos, dice: Los descubría y
los descartaba a medida que iba consolidando
su peculiar variación de neoplatonismo.
45 Carballo, p. 17.
46 De Justo Sierra recuerda este consejo: Lean Uds.
a Platón, a Dante y a Shakespeare y después
—vuelvan a leer a Platón, a Dante y a
Shakespeare. (Carballo, p. 17).
47 Nervo también será apreciado por Gabriela Mistral,
pero su sentimentalismo y azucarada
prosa no han conseguido superar la valla
del tiempo. Ya en mi generación Nervo no
tuvo ninguna resonancia.
48 Carballo, p. 17.
49 SEP, Boletín, Tomo I, número 2, 1922, p. 525.
50 Íbidem. p. 529.
51 Íbidem. p. 531.
52 Véase Antología Mayor. Ed. Cochrane, 1992, pp.
91/94/100/116/159/163/168/171/182/202.
53 Lo vimos con nuestros propios ojos.
54 Se trata de una pequeña muestra intencionada.
Un elenco mucho mayor de cartas debe consultarse
en la Antología Mayor (Ed. Cocharne,
1992) en su Tomo III de Cartas. En todo
caso, es un hecho cierto que el Epistolario de
Gabriela Mistral ha sido editado sólo en una
pequeña parte (tal vez en un 25 por ciento).
55 Véase la entrevista realizada por Emmanuel
Carballo a José Vasconcelos, publicada en
la Revista Magisterio número 5 (ciudad de
México), en agosto 1959. Vasconcelos dice:
Lo decisivo de mi formación sentimental fue
la literatura francesa (Chateubriand y Lamartine).
—¿I, en filosofía?— La formación filosófica
vino después y fue platónica y
agustiniana (p. 17).
56 Tuvimos la suerte de hacer una decantada visita
al Archivo Nacional de la SEP, ubicado en
ciudad de México, calle 5 de Febrero número
137, durante el mes de noviembre de
2000, gracias al financiamiento de la UCV. Su
excelente acondicionamiento lo convierte
en un lugar obligado de consulta. Agradecemos
la gentil recepción de su directora Alicia
Villaneda y de su documentalista Roberto
Pérez Aguilar.

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